Technology Rain Journal ISSN: 2953-464X (2023)
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Según la definición de la OIT (2016), el estrés laboral se origina en las organizaciones
cuando los empleados perciben que la carga de trabajo no se ajusta a sus capacidades adaptativas,
recursos o necesidades, o cuando sus habilidades y conocimientos para hacer frente a esas demandas
no están alineados con la cultura organizacional de la empresa.
Según las directrices del Ministerio de Relaciones Laborales de Ecuador (2013), se
identifican como riesgos psicosociales el abuso, el acoso, la violencia y los ambientes laborales
autoritarios. Además, se consideran factores de riesgo la sobrecarga de trabajo, la presión laboral
excesiva, el liderazgo con un control demasiado fuerte o débil, la falta de reconocimiento laboral,
tareas extenuantes y peligrosas, cambios abruptos y reestructuraciones organizacionales sin
planificación, la imposibilidad de tomar pausas, y una alta carga mental, entre otros.
Los niveles elevados de estrés abarcan desde trastornos depresivos, ansiedad, irritabilidad y
disminución de la autoestima hasta problemas como insomnio, asma, hipertensión, úlceras, entre
otros (Caldera et al., 2007, p. 78). Comportamientos como agresión, consumo de tabaco, abuso de
alcohol o drogas, absentismo laboral y dificultades en el rendimiento laboral se clasifican dentro del
ámbito conductual que provoca el estrés.
Las enfermedades físicas asociadas al estrés abarcan una variedad de duraciones, desde
malestares estomacales de corta duración hasta úlceras gástricas que persisten en el tiempo y si no
son tratadas adecuadamente, pueden desencadenar enfermedades cardíacas y otros trastornos
degenerativos en distintas partes del cuerpo (Newstrom, 2007, p. 353). Las personas afectadas por
el estrés suelen experimentar nerviosismo, fatiga, inestabilidad emocional, depresión, preocupación
e irritabilidad, que se consideran síntomas emocionales.
La tensión laboral, la inseguridad laboral, las altas demandas físicas, el bajo apoyo de los
compañeros de trabajo y de los supervisores se asocian con problemas de salud como migrañas,
lesiones laborales y angustia psicológica. (Wilkins y Beaudet, 1998).
Para Buitrago et al. (2021) y Mamani y Mamani (2021), en su investigación coinciden en la
importancia fundamental que tienen las organizaciones para implementar programas destinados a
identificar, prevenir e intervenir los factores de riesgo asociados al desarrollo del estrés en sus
empleados. Estos programas deben abordar aspectos como la atención al problema, el bienestar
emocional, la sensibilización cognitiva, las estrategias de afrontamiento y la gestión de la respuesta
al estrés mediante la implementación de capacitaciones, apoyo psicológico, medidas para aumentar
la satisfacción laboral, mejora de las relaciones interpersonales, fomento del trabajo en equipo,
iniciativas de reconocimiento y recompensa, así como la promoción de conductas saludables, como
la abstención de consumo de sustancias nocivas.
El Programa de Maestría en Seguridad Industrial Y Salud Ocupacional: Mención:
Prevención de Riesgos Laborales de la Universidad Nacional de Chimborazo (UNACH), busca la